Nos mienten;


Nos mienten. En las noticias, en las cabeceras, en los periódicos, en las fotos de los periódicos, en los pies de foto de los periódicos, en los programas, en los zappings sobre programas, en los intermedios, en la duración de los intermedios, en la publicidad también, sí. y en los productos, en los usos de los productos, en las garantías, en la duración de las garantías, en las empresas que nos consumen, en las que nos hacen consumir, y en los trabajos basura, en los sueldos miseria, las hipotecas remuneradas, las bajadas hacía arriba del petróleo, las políticas en general, y por supuesto y cómo no, cualquier político en general.
Nos mienten. Nos mienten y el país entero agoniza de mentira. Da igual la izquierda que la derecha, el centro que la periferia, los nuestros o los de más allá. Información opinada y opinión desinformada recorren la ciudad de la mano y sólo se sientan para mentir ante polígrafos que normalmente maneja un hombre calvo que debe de ser muy bueno para ser calvo y, aun así, estar en la tele.
Porque no sé si ya lo he dicho pero nos mienten. Nos mienten y el mayor debate, la mayor obsesión, el mayor morbo está en adivinar donde esta la pelotita de la verdad. Un pelotita cada vez mas pequeña, esquiva e irrelevante, manejada ante la opinión pública por el grupo de comunicación que de turno que mueve los vasitos al frenético ritmo de los robados, montajes y exclusivas siempre frescas que me las quitan de las manos, oiga. Si vas a mirar, nos mienten incluso los muertos. Cualquier anécdota, por vieja, pasada y anticuada que sea, se descongela de la historia, dos minutitos en el microondas de la actualidad, y ya está, lista para ser servida por el basurero mediático que más chille.
Y es que lo peor no es que nos mientan. Lo peor es que ya estamos acostumbrados. Estamos tan mentidos que incluso la verdad nos parece mentira. Alguien que de pronto se vuelve loco y se plantea ser honesto se convierten en noticia, en reclamo, en extraño suceso a estudiar por los medios, que no salen de su asombro, no entienden que le pasa a ese que de verdad dice lo que piensa.
En fin. Que así la verdad y así la mentira, no me extraña nada de lo que nos está pasando. Somos carne de opinión. Y no hay demasiada gente que prefiere que le piensen las cosas, que se las den mentidas, para no tenérselas que plantear.
Pues bien, señores bellacos. Ahí va mi mensaje. Que les den mucho por culo. Hay mucha gente dispuesta a no mentir y a no mentirse. Y también les avanzo lo segundo. Que cada vez seremos más y mas fuertes. Como alguien dijo alguna vez; "se puede engañar a algunos durante todo el tiempo, o se puede engañar a todos durante algún tiempo, pero no se puede pretender engañar a todos durante todo el tiempo". Y su tiempo, señores, al igual que nuestra paciencia, se esta agotando. Tic. Tac.

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One Response so far.

  1. "las bajadas hacía arriba del petróleo"

    Jajajajajajaja eso me ha hecho mucha gracia.

    Muy guay el blog eh!

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